Establece un presupuesto
Básico y necesario. El presupuesto es la herramienta de partida para proteger y organizar nuestra economía personal. Nos orienta a tener claro, los gastos fijos, la capacidad de pago tenemos y por supuesto, con cuántos ingresos contamos.
Puede ser de ayuda realizar un presupuesto mensual. Para empezar, parte de los ingresos fijos que tienes, después agrega los gastos que son indispensables en tu mes, como por ejemplo: servicios, alimentación, vivienda, transporte entre otros. Con esto podrás plantearte objetivos en cuanto a ahorros, gastos personales, inversiones incluso o pagos a plazos.
Analiza tu capacidad de endeudamiento
Las tarjetas de crédito o créditos personales, pueden ser grandes aliados en la economía personal, siempre y cuando sepamos usarlo, haciéndolo de manera responsable. Un error que se comete comúnmente es considerar que el crédito disponible es una cantidad extra que tenemos en nuestros ingresos, pero no es así. Es un monto que las instituciones bancarias te otorgan y eventualmente debes pagarlo. Por lo que si utilizas más del dinero que puedes pagar, entonces te estarías endeudando y podrías pagar intereses o comisiones muy altas
Ocurre también con los pagos a meses sin intereses o plazos, sólo por que se realicen de esta forma no quiere decir que tengamos capacidad de pago para hacerlo. Siempre que vayas a realizar una compra en este esquema de pagos, consulta tu presupuesto y determina cuál es la cantidad que puedes pagar sin comprometer tu economía.
Crea el hábito de ahorrar
Ahorrar puede ser extremadamente difícil cuando no estamos en control de nuestras finanzas, y suele suceder que somos inconsistentes o que terminamos gastando el dinero a la primera oportunidad. Es útil establecer una meta, pensar en lo que harás con el dinero una vez que la hayas alcanzado: por ejemplo, ahorrar para un viaje que siempre hayas querido hacer. Una vez que tengas el hábito, es más fácil seguir haciéndolo incluso sin la meta.
Sea como sea, es muy importante siempre tener un “fondo de emergencias”: algo de dinero para ayudarte a recuperarte de un golpe financiero o emergencia, como cuando se daña algún electrodoméstico, se rompe una tubería, o sufres alguna enfermedad. Lo ideal es tener al menos el equivalente a tres meses de tu presupuesto en una cuenta de ahorros: ésta debería ser tu primera meta.
El porcentaje que suele recomendarse ahorrar es el 20% de tus ingresos mensuales, pero esto es apenas una guía: depende de tus ingresos, de tu capacidad y de tus metas determinar qué porcentaje te conviene. Lo importante es que una vez que hayas tomado estas decisiones, tu relación con tu dinero estará más clara y te permitirá tener una mayor sensación de control sobre tu vida.
Analiza siempre tus compras
Si bien a todos nos puede pasar el comprar por impulso, una buena estrategia antes de adquirir algún producto es analizar, si es algo realmente necesario o si se trata tan sólo de un deseo. Para hacer buenas compras, un consejo es que siempre compares costos y calidad. Sea en una tienda en físico o en internet trata de buscar la mejor opción.
Invierte
Una vez que tienes clara tu economía, ingresos y egresos, haz creado un ahorro, una buena opción para mantener buenas finanzas personales, es considerar invertir algo de tu dinero. Esto te permitirá tener ingresos extra, sin la necesidad de asistir a un empleo como tal. Busca diferentes opciones y elige la que más te convenga.